En la mayor parte de casos, un contenido perjudicial en la red tiene su origen en el mundo físico; una multa o una notificación indexada en los motores de búsqueda, el despido de un trabajador, el cliente de un hotel que ha tenido un mal día, una empresa en la bancarrota o un artículo negativo de un periodista no tienen otro origen que el del toca madera.
El mundo on y off line son pues las 2 caras de una misma moneda, son como el eco de una montaña en el que el principio de causa y efecto prepondera sobre todas las cosas. Si la empresa goza de un buen trato con los clientes, teje relaciones armónicas con su entorno y construye lazos de fidelidad acabará proyectando su ecosistema en el entorno digital. Se trata pues de un concepto importante que debemos entender de manera amplia si queremos desarrollar un proyecto de comunicación cuyo objetivo persiga la reparación de resultados y la construcción de una identidad legítima en Internet.