Guía de la reputación online corporativa

¿A que llamamos reputación online corporativa?

¿Por qué es tan importante?

¿En qué escenarios y formatos se expresa?

¿Qué consecuencias tiene para una empresa?

¿Qué riesgos y vulnerabilidades tiene?

¿Qué es la reputación interna corporativa?

¿qué debemos hacer para cuidarla?

¿Qué son los vehiculadores reputacionales?

Estrategias para mejorar la reputación online corporativa.

Estrategias de monitorización.

Estrategia de prevención.

Factores clave que configuran la reputación online corporativa:

¿Qué debo hacer para mejorar la reputación online corporativa?

 ¿Qué es la reputación online corporativa?

Es la percepción de prestigio, respeto y admiración que una marca desprende en el mundo digital. Se proyecta a través de contenidos (noticias, reseñas, contenidos jurídico-administrativos, videos, directorios, URL’s, perfiles).

Surge de la combinación de la identidad empresarial y las experiencias previas del usuario. Estas vivencias generan un recuerdo que el usuario registra condicionando así su posterior actitud. Estos mecanismos se construyen en la mente del usuario, no se pueden comprar ni vender y dependen de valores totalmente subjetivos.

Forma parte de la estrategia de marketing y ventas y es un elemento determinante para posicionar a la empresa. Es su mayor intangible y escudo férreo para ganar terreno o defenderse ante adversidades.

 ¿Por qué es tan importante?

Sin reputación no es posible interactuar en el mercado y forma parte de los mecanismos básicos de la comunicación. No importa que la olvidemos ya que es la red y los propios usuarios quienes nos recordarán que existe.

¿En qué escenarios y formatos se expresa?”

Una buena o mala reputación no solo se refleja en las búsquedas de Google y sus SERPS (Search Engine Results Pages). También en Google My Business, la localización en Google Maps, la audiovisual (videos en YouTube) o incluso la reputación que se genera en grupos de WhatsApp donde se reúnen seguidores o detractores de la empresa.

¿Qué consecuencias tiene para una empresa?

Pérdida de clientes, desconfianza del entorno empresarial, descenso de las ventas y caída de la facturación. En algunos casos puede tener efectos letales como el despido, la bancarrota, la apertura de expedientes y la disolución de la empresa.

Sufrir un contenido no deseado en Google implica un cambio de actitud del entorno. Es frecuente que una corporación con mala imagen digital se vea obligada a dar explicaciones ante clientes, proveedores o firmas de contratos.

¿Qué riesgos y vulnerabilidades tiene?

Internet es un escenario cambiante, lleno de riesgos y vulnerabilidades. La reputación online corporativa puede verse afectada por muy diversos motivos:

  • Ataques reputacionales y delitos contra el honor.
  • Reseñas negativas de clientes y seguidores.
  • Noticias negativas, notas de prensa y hechos noticiosos no deseados.
  • Declaraciones destructivas de un adversario o rival de la competencia.
  • Ataques de denigración en foros, blogs y plataformas sociales.
  • Ataques Ransomware, ataques de denegación de servicio Ddos.
  • Ciberextorsión, revelación de secretos, inyección de malware.
  • Sitios web clonados, ataques defacement contra la web de la empresa.

¿Qué es la reputación interna corporativa?

Es aquella que tiene lugar a nivel interno, incluye todo el entramado de relaciones entre personas físicas que trabajan en una corporación y que dan como resultado una percepción reputacional.

Las políticas de formación continua, ascensos, despidos, beneficios y apoyo al trabajador también condicionan esta reputación interna.

Incluye trabajadores y empleados con sentimiento de pertenencia a una corporación. La percepción de prestigio y respeto respecto a su organización. El reconocimiento a su labor o por el contrario la mala imagen de unos miembros respecto a otros.

¿Qué son los prescriptores?

Son todas aquellas páginas, sitios web, perfiles que inclinan al usuario a tener una u otra percepción. Incluimos las páginas de valoraciones, reseñas, aquellas que puntúan a empresas, los ránquines de prestigio, las listas de mejores y peores marcas, etc..

En sus resultados Google prescribe, al mostrar reseñas y clasificar a los sitios según su criterio de relevancia. Esto desemboca en una mayor o menor visibilidad respecto a otros sitios web. En algunos casos también penaliza a sitios web desindexándolos o hundiéndolos en las búsquedas.

¿Qué son los vehiculadores reputacionales?

Aquellos que capacitan o impulsan a una empresa a tener reputación. Son sitios web de terceros: blogs, perfiles, influencers, páginas de expertos… hablan de tu corporación y forman parte del ecosistema en el que se mueve la marca en su existencia diaria.

Estrategias para mejorar la reputación online corporativa

Estrategias de monitorización:

Observar constantemente el entorno online, usar herramientas y sistemas de alertas. Estar atento y adoptar una escucha activa. Algunas empresas utilizan programas de monitorización que rastrean la red y todos sus rincones generando informes que leen los analistas.

Estrategias de prevención:

No esperar a que el contenido negativo “se le coma” detectarlo a tiempo mediante políticas preventivas. Es habitual que muchas empresas no reaccionen a tiempo y esperen a que el daño ya esté expandido. El tiempo es un factor clave y corre en tu contra cuando tu empresa es la atacada.

Factores clave que configuran la reputación online corporativa:

La confianza digital es uno de los fundamentos de la reputación online corporativa, sin ella no se puede construir todo lo demás. Cuando un cliente compra en su web está depositando su confianza en un valor que tú le ofreces.

El tiempo es otra variable, Google y sus algoritmos otorgan más confianza a sitios web que ganan antigüedad. La concesión de confianza versus la acumulación de tiempo es una de las bases del anti-Spam.

¿Qué debo hacer para tejer una buena reputación online corporativa?

Asumir responsabilidades, interactuar con los usuarios, responder a las reseñas, crear identidad digital, ser capaz de pedir disculpas y construir un lenguaje oficializador sólido y repleto de coherencia. Facilitar el diálogo cliente-proveedor.