El inicio de la temporada y la creciente digitalización disparan el interés por el cuidado de la reputación online. Tweets incendiarios, reseñas negativas o delitos contra el honor entre las principales vulnerabilidades de empresas. autónomos y candidatos a un empleo en septiembre.
La pandemia ha empujado a las empresas a no interrumpir su actividad y a utilizar Internet como herramienta de proyección empresarial. Este cambio de paradigma ha llevado al 81% de los españoles a utilizar Internet varias veces al día y a elevar el teletrabajo desde el 4% a un 34% en poco más de año y medio. En nuestro país ya existen 28 millones de usuarios con presencia en redes sociales, su existencia deriva en una ingente cantidad de reviews y conversaciones capaces de indexarse en los resultados de Google. El perfil del cliente en España es el de un directivo o empresa, con 1 o más reseñas negativas en Internet, quien debe afrontar las pérdidas por una mala imagen en Google afirma Identidad Legítima, consultora quien señala que Google y sus más de 250 algoritmos tienen cada vez más capacidad para hablar de todos nosotros al margen que nos guste o no. Fakenews, grupos de WhatsApp o delitos de revelación de secretos en Internet son solo algunas de las amenazas que pueden poner en la cuerda floja el prestigio de una marca en Internet.
El 50% de las empresas españolas ya sufre algún contenido no deseado en la red. Entre los arquetipos de casos más frecuentes figuran la eliminación de videos feroces en YouTube o la lucha contra reviews difamatorios, pero también los delitos contra el honor y las sanciones administrativas, todo en un medio, en el que no existe el tiempo y donde un contenido negativo puede perdurar durante años o incluso décadas. . A la par han proliferado plataformas de puntuaciones entre compradores de productos quienes puntúan a comercios y empresas ante la impotencia de los responsables empresariales.