Los spammers pueden utilizar tu cuenta de correo o aprovechar tu lista de contactos para enviar publicidad en tu nombre
Millones de e-mails basura se envían cada hora en todo el mundo afectando a la imagen de marcas y corporaciones. Las plataformas invierten grandes recursos en frenarla. Se utilizan potentes filtros informáticos, algoritmos de reconocimiento, listas negras y programas de software para frenar estos envíos.
Aunque no lo parezca el Spam también pueden dañar nuestra propia reputación digital. Al ser una práctica no deseada daña la imagen de quien envía muchos e-mails. En estos casos el destinatario nos puede percibir como a una persona invasiva, poco ética e irrespetuosa.
Algunos robots indexan nuestro nombre y apellidos para generar URL’s personalizadas. Son granjas de links, buscan la indexación masiva, copian listines telefónicos y bases de datos de direcciones. Aprovechan cualquier mención o referencia para incluirnos en directorios y asociar a ellos publicidad contextual.
Muchos clientes solicitan ser borrados de directorios, en otros casos su propia cuenta de e-mail es manipulada por los ciberdelincuentes para enviar SPAM publicitario. Esto puede dar lugar a problemas reputacionales. Algunos spammers utilizan ataques criptovirales, entran en nuestros grupos de WhatsApp o spamean en los comentarios a pie de videos en Youtube.
Estos e-mails “no deseados”, aprovechan el potencial propagador de la red y se han convertido en uno de los negocios más lucrativos de la historia. Utilizan el malware, infectan móviles y se reenvían a nuestra lista de contactos. En esta controvertida práctica tampoco faltan spammers (profesionales del envío de e-mails) o ciber mafias (organizaciones criminales especializadas en la materia).
