La cultura del ataque online a los candidatos políticos

Deep fakes, campañas negativas, campañas phishing, tweets incendiarios o divulgación de datos personales entre las peores pesadillas de los políticos

En España existen 3.000 políticos profesionales con algún cargo relevante (cifra que incluye a 500 cargos públicos, grandes alcaldías, cabildos insulares y los más de 1000 diputados provinciales. Se estima que un 50% de ellos padece un contenido no deseado indexado en las primeras posiciones de Google.

En YouTube ya es posible observar una pléyade de videos ridiculizantes: memes, montajes fotográficos, portavoces políticos tropezando en actos públicos. Se trata de mostrar carencias personales y desgastar la reputación digital. En todos los casos se busca manipular a la opinión pública, influir y desinformar en momentos clave. Los políticos viven con ansiedad estos contenidos y se convierten en un tema tabú de los que raramente hablan en público.

Entre las prácticas más comunes está el hacqueo de cuentas de e-mail, los ataques ransomware contra teléfonos móviles de candidatos, intrusismo informático a discos duros para obtener información, noticias lanzadas desde medios de comunicación zombies.

Durante los últimos 2 años se han puesto de moda los deep fakes. Se trata de videos falsos creados por ordenador, tienen un nivel de realismo tan alto que es difícil diferenciarlos de la verdad. En ellos se muestra a candidatos realizando discursos polémicos. Los fake videos recopilan los aspectos más negativos del candidato, tiene un alto impacto y se viralizan a las pocas horas de ser lanzados al ciberespacio.

La cultura del ataque se remonta al año 1828 en Estados Unidos cuando los candidatos empezaron a impulsar campañas encarnizadas para llegar al poder. Se buscan infidelidades, facturas sin pagar o escándalos sobre supuestas amantes que puedan desgastar al adversario.

Buscan influir en el ámbito político y provocar cambios en el resultado electoral.

Son una preocupación creciente de los equipos de comunicación quienes ya se preparan cada 4 años para estos ataques.

En nuestro país proliferan empresas especializadas en la lucha contra estas malas prácticas, la función de Identidad Legítima es lograr la reparación de resultados, recuperar perfiles robados, borrar noticias falsas o construir una identidad robusta y sólida en los motores de búsqueda.