¿Cómo influye la ética en la reputación digital?

La ética siempre ha sido una variable difícil de medir, algunos sectores de la sociedad opinan que las empresas dedicadas a la defensa de reputación digital no deberían existir. El “lavado de imagen” por ejemplo, busca limpiar la identidad de alguien que ha ejercido malas práticas sin tener en cuenta una gestión responsable que implica tener en cuenta otros factores.

La gestión ética implica aceptar un caso cuando se lucha por un derecho al olvido generando así el justo y merecido contraste. El cliente tiene derecho a una justa reinserción digital y a cancelar sus “expedientes digitales” especialmente si su causa judicial ya ha terminado o si se le ha señalado injustamente por parte de los medios de comunicación.

Un buen servicio implica transparencia, honestidad y responsabilidad. Se debe valorar la confianza y la autenticidad y reconocer que el cliente puede haber cometido errores en línea que ahora deben ser reparados.

Ser consciente que las publicaciones negativas pueden tener consecuencias. Debemos valorar las decisiones y resultados antes de criticar a un tercero en Internet. Hemos de pensar como estas pueden afectar a los demás.

Ser preciso, objetivo y veraz. Evitar estados pasionales de conducta y nunca dejarse llevar por la ira en los escenarios online. Por último, el derecho a la ética digital también incluye conceptos como el derecho a la rectificación, la empatía y el reconocimiento de actitudes erróneas.

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